Llevamos muchas monedas de 1 y 2 céntimos en nuestros bolsillos, carteras o sueltas en el bolso, pero a la hora de la verdad muchos consumidores no les dan uso.
Aunque para algo se deben utilizar, porque en los últimos seis años las monedas de 1 céntimo se han disparado. De los 3.800 millones que circulaban por España en 2010, han pasado a 5.700, es decir, ha habido un incremento del 32,5%. En 2010 había 3.584 millones de euros en monedas, en la actualidad hay 4.203 millones, lo que supone casi un 15% más.
El Banco de España ha contratado una auditoría externa para saber dónde están las pequeñas de cobre, ante la sospecha de que las acumulamos en lugar de utilizarlas.
Pero muchos consumidores están dejando de hacerlo, por primera vez se utiliza más la tarjeta que el efectivo. El primer semestre de 2016 tiramos de plástico hasta los 30.000 millones, 1.000 más que lo que pagamos en metálico.
Varios países europeos, como Bélgica o Irlanda, han retirado los céntimos de la circulación, argumentando que el valor de producción es superior al de las propias monedas. Una opción que de momento España, no se plantea