Año 2005, era la primera vez que se sentaba en el banquillo de los acusados. Emilio Botín se enfrentaba a una pena de hasta 12 años de prisión por haber autorizado presuntamente indemnizaciones millonarias a estos hombres: el excopresidente José María Amusátegui y el exvicepresidente Ángel Corcóstegui.
Finalmente el tribunal absolvió a todos ellos al entender que no había pruebas suficientes. Más tarde se sentó para declarar como imputado por el caso de las cesiones de crédito. Un producto financiero con el que los clientes podrían haber cometido un supuesto delito fiscal. El caso llegó al Constitucional quien finalmente archivó el caso al estimar que la acusación popular no era suficiente: es lo que bautizaron como la 'doctrina Botín'.
Ha conseguido salir airoso de todos los pleitos que se ha encontrado en el camino: supuesto pago de cursos en Nueva York a Baltasar Garzón, archivado; 'caso Banesto', el juez archiva la querella contra él. El último episodio tiene que ver por presuntas cuentas ocultas en Suiza con valor de 2.000 millones de euros. De nuevo, él, su hermano y todos sus hijos se salvaron de la cárcel al pagar 200 millones a Hacienda.