Casarse se ha puesto por las nubes. Es el doble de caro que hace una década. Pero no sólo porque la vida hoy sea más cara que hace diez años: los novios hacen bodas de dos días, con varios cambios de vestido, con vídeos profesionales. Todo un negocio que muchos han sabido rentabilizar. En las bodas de antes bastaba con un vestido, un restaurante y unas fotos. Pero ahora la tendencia ha cambiado.
Hay vídeos en 360 grados, el coche clásico que se le antoja a los novios y varios cambios de look. "Ahora quieren luces, lásers, la conocida como hora loca... casi estar en una fiesta en Ibiza más que en una boda", nos cuenta Ainara Regueira, weeding planner. Todo está más caro: una boda de unos 100 invitados cuesta el doble que hace una década. "Hace unos diez años una boda podía costar entre 10.000 y 12.000 euros y ahora ronda los 22.000 euros", detalla Regueira.
Detallamos los costes. Primero, el banquete, donde nos encontramos con la inflación. Tal y como nos ha contado Irene Linares, del departamento de marketing de Jardines de Siddhartha, hay restaurantes que ya tienen una cláusula ante la subida de precios. Los novios cierra el menú pero un par de meses antes de la boda, en la degustación, se vuelve a ajustar el precio. Las fiestas de después cada vez son más profesionales.
Las fiestas de después cada vez son más profesionales. "Los novios buscan un DJ con mucho caché y músicos profesionales, pueden llegar a dejarse hasta 30.000 euros", indica Roberto Orta, de la empresa Infinita Viajes. En la luna de miel, Tailandia, Japón y Costa Rica siguen entre los destinos preferidos. Y aunque los novios esperan hasta el último minuto confiando en que bajen los precios, no es así.
Orta explica que "toda la gente que no viajó en la pandemia está viajando ahora y hay mucha demanda". Cabe destacar que España ya es casi es campeona del mundo en bodas caras. Ocupa el segundo en el ranking mundial, sólo por detrás de Estados Unidos.
Una misión casi imposible
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