Estudiantes, sindicatos y ahora también algunas comunidades, muestran su rechazo a un posible sistema de préstamos universitarios. Desde Canarias, incluso, piden el cese de la secretaria de Estado de Educación, por estas palabras: “El debate es quién paga, cómo y cuándo, este debate también incluye si deberíamos de seguir con un sistema de becas donde los alumnos reciben unas cuantías importantes de dinero que luego no tienen que devolver o si deberíamos evolucionar hacia un sistema de préstamos” decía Montserrat Gomendio.

Un sistema, dijo, similar al de otros países, como Reino Unido. Allí el importe medio de la matrícula ronda los 8.000 euros. Los estudiantes que solicitan un crédito, deben devolverlo pero solo en el caso de que esos estudios universitarios les permitan acceder a un empleo remunerado, al menos, con 21.000 libras al año.

En Alemania el sistema es mixto: el 50% de la cuantía se administra como una beca, y la otra mitad como un préstamo sin intereses que tendrán que devolver a los cinco años de finalizar la carrera. Pero los préstamos estudiantiles, recuerdan desde los sindicatos, no siempre son fáciles de pagar: “Cabe recordar que en EEUU hubo un estallido de la burbuja de los créditos universitarios con estudiantes que se habían entrampado para pagar la matrícula y que en medio de la crisis ni trabajaban ni podían devolver el crédito” recuerda Paco García, secretario de Enseñanza de CCOO.

Educación ha aclarado que no se plantea introducir el sistema de préstamos en la universidad pero antes de que el debate llegue a ponerse sobre la mesa, los estudiantes ya han dejado claro que no aceptarían pagar sus estudios a plazos. Por eso, piden que se mantenga el sistema de becas.