Alberto Fabra ha transmitido su discurso en un mensaje de cerca de seis minutos de duración y con un salón del Palau de la Generalitat como escenario. El 'president' pronunció su discurso de fin de año de 2012 el 1 de enero; en 2013 el día de Nochevieja y en este 2014 lo ha hecho el 30 de diciembre.
En su discurso, ha subrayado que éste ha sido "un año de muchos cambios", entre los que ha destacado la abdicación de don Juan Carlos I y la sucesión en Felipe VI, de quien ha subrayado que es un rey "joven y preparado", un nuevo jefe del Estado "que ha anunciado una regeneración en la institución y ha dejado clara su apuesta por la unión ante las dificultades y por la suma de las diferencias".
Asimismo, ha hecho alusión a la pérdida del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, al que ha calificado como "referente para todos de concordia y acuerdo". "De él debemos recuperar muchas cosas, pero sobre todo su incansable espíritu por tender puentes que nos unan en lugar de muros que nos separen", ha apuntado.
En este contexto, ha defendido que en un país "que aspira al progreso colectivo", las normas de convivencia "hay que construirlas desde consensos y nunca desde la ruptura" y ha recalcado que "no es el momento de la revolución sino de la evolución". "Debemos afianzar todo progreso alcanzado desde la transición sin dar pasos en falso que puedan provocar justo lo contrario", ha advertido el presidente de la Generalitat, quien ha subrayado: "no podemos permitirnos retroceder ni un ápice a épocas superadas o que nos guiemos solo por sentimientos que nos conduzcan a modelos de Estado fallidos".
Para evolucionar como "una sociedad responsable y madura", Fabra ha abogado por analizar "qué funciona adecuadamente y qué es necesario adaptar a los nuevos tiempos sin que ello suponga tener que abrir un nuevo proyecto constituyente cada tres o cuatro generaciones".