Traje de látex, escote explosivo y medidas de escándalo. Las dos chicas se paseaban por la feria del turismo como unas auténticas estrellas. Todos querían fotografiarse con las chicas de la polémica.
Parecían contratadas por el Ayuntamiento como imagen de la ciudad, se dejaron ver por otros muchos stands y las redes sociales se colapsaron. Tacharon al Ayuntamiento de vergonzoso y machista, hasta el punto de que el Consistorio ha tenido que negarlo y Fabra también ha hablado.
“Creo que tenemos que ser todos muy respetuosos y al final yo no quiero que se hable de la Comunidad Valenciana por esas dos preciosas chicas”, ha declarado el presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra.
Las azafatas están contratadas en realidad por una discoteca, una empresa privada que nada tienen que ver con el stand oficial del Consistorio, aunque el presidente de la diputación no quiso ser menos y también se llevó a casa una foto con las chicas.
Vender un destino a través de jóvenes exuberantes no es raro, en Fitur es el reclamo utilizado, por ejemplo, en el stand de Melilla. Lo malo es que este tipo de reclamos funcionar, funcionan.