Granados quería sacar su fortuna de España, así que recibió en su propio despacho de consejero madrileño a un intermediario de bancos suizos. Ya con el dinero en sus manos, Trevor, el intermediario, hizo la transferencia a la cuenta suiza de Granados, algo que ahora sí le resulta extraño, pero que "antes no", según declaró al juez Eloy Velasco.
El origen del dinero no solo provenía de operaciones inmobiliarias, sino que Granados supuestamente pescaba en otros caladeros. Cuando era consejero de Transportes puso en la empresa pública encargada de construir el metro madrileño a un hombre de su confianza, Miguel Trabada, quien "es un ingeniero con mucho prestigio", según asegura Marjaliza.
Trabada casualmente era a su vez administrador de la empresa Bustren, una firma de ingenería que hizo negocios hasta en el Metro de Moscú y en la que según Marjaliza estaba Granados, como accionista a través de un testaferro.
El juez también indaga cómo Trabada, como gestor de la empresa pública, adjudicó contratos a OHL, cuyo directivo Lopez Madrid está investigado por otorgar comisiones presuntamente a Granados y al PP madrileño.
Aguirre despidió a Trabada cuando Granados dejó el Gobierno autonómico, un escenario para el que Granados se iba preparando. 13 horas de grabaciones en los que vamos conociendo supuestamente más negocios de Francisco Granados.
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