Miles de personas llenaron la Plaza de Syntagma a favor del 'sí' a la Troika y en contra del Gobierno de Tsipras. Una estampa casi idéntica el día anterior para apoyar al Ejecutivo y pedir el 'no' a las políticas de austeridad.

Grecia está rota por un referéndum que se ha convertido en un pulso político. Lo que se vota es una propuesta basada en un plan de rescate que ya no existe, ha expirado. Lo reconoce, incluso, el ministro de Finanzas alemán: "lo que se vota ha dejado de existir".

Sin embargo, Merkel quiere que se celebre. De hecho, ha dicho públicamente que no volverá a negociar hasta que se haya votado.

¿Por qué? Mariano Rajoy dio una pista: "si Tsipras pierde el referéndum, se podrá negociar con otro Gobierno". Esa es la clave para muchos analistas: el objetivo no es tanto que Atenas se pliegue, como derribar al Gobierno de Syriza.