Después de toda una vida en su  casa, Inocencia nunca pensó que a punto de cumplir 104 años, tendría que luchar por no quedarse en la calle.  Vive con su hija, pensionista, en un piso de renta antigua. Hace ocho años el propietario del inmueble murió sin dejar testamento y el edificio pasó a manos de Hacienda. Fue entones, dicen, cuando empezó la especulación. Beatriz, hija de Inocencia, asegura que les ofrecieron comprar el edificio por más de tres millones de euros.

En el edificio de cinco plantas todos los residentes son octogenarios y pensionistas. No pueden comprar y entonces, el Ministerio argumenta, según los vecinos, que el mal estado del inmueble requiere obras de acondicionamiento y que ellos tienen que irse  .“El abogado del Estado dijo en el juicio que el momento que se terminen las obras se vende el edificio”, afirma Beatriz. Por eso se niegan a irse y , desde entonces, denuncian que les han estado presionando con visitas contantes de inspectores y con la presentación de facturas por las revisiones del edificio.

El caso ha llegado a los tribunales y ahora un juez ha dado 30 días de plazo para que los vecinos abandonen el edificio y paguen los gastos. Desde Hacienda aseguran que se están limitando a cumplir una sentencia que obliga a realizar las obras de acondicionamiento y  que para llevar a cabo esos trabajos, hay que desalojar el edificio. Mientras, los vecinos,  dicen, no tienen a donde ir.