Los encargados de mantener las calles de Madrid son los que ensucian en protesta al ERE que el Ayuntamiento de Ana Botella quiere llevar a cabo y que repercute a 1.144 empleados de los servicios de limpieza.

Una manifestación para caldear la huelga indefinida que comienza con el objetivo de que se mantenga la plantilla. Las empresas adjudicatarias quieren despedir al 20% de la plantilla encargada de la limpieza, recogida y jardinería.

"Actualmente, con la plantilla que tenemos es ineficaz para la limpieza de Madrid", aseguran los empleados, "si no estaba limpio con la plantilla que había, ahora lo estará menos con el ERE". Un anticipo de ese caos es el rastro de contenedores volcados y la alfombra de desperdicios que ha dejado la protesta. Más madera para un fuego que avivó hace poco la propia alcaldesa.

"Nos hemos acostumbrado a nivel de limpieza muy alto, los turistas ven Madrid limpio", es lo que aseguraba Ana Botella, algo que contrasta con los contenedores que ya se encuentran a rebosar en el centro de Madrid. Pequeños vertederos se han improvisado en muchos rincones de la capital, aunque se han fijado unos servicios mínimos del 40%.