En Siderúrgica Sevillana trabajan obsesionados con los vaivenes en el precio de la electricidad. Esta empresa, una de las más punteras de Andalucía, tiene parada su actividad a la espera de que llegue el horario de tarifa reducida. Llevan una semana pendientes de los caprichos del mercado.

Con los precios desbocados, la producción y la vida de los trabajadores se resienten. Los empleados son una víctima más de la partida que juegan las empresas eléctricas y el Gobierno. Una guerra que, diga lo que diga el Ejecutivo, podría terminar en una subida de la luz del 8% como regalo de año nuevo.

Tal es la presión que ejercen las eléctricas, que hasta el Gobierno ve factible que haya subidas si no hay acuerdo para evitar el contencioso por el déficit de tarifa. Algo que confirmaría el fracaso de la reforma eléctrica concebida para paliar el déficit y evitar subidas en el recibo.