La inflación de diciembre es una décima superior al dato que adelantó el INE hace dos semanas y es consecuencia del aumento de los precios de los carburantes y lubricantes para el transporte y del gasóleo para la calefacción de las viviendas.

La tasa de inflación subyacente -que excluye la evolución de los precios de la energía y los alimentos- disminuyó dos décimas en diciembre y se situó en el 0,2 %, de forma que se encontró por debajo del IPC general.