Todo habría empezado en las cenizas de Banca Catalana. Según cuenta ‘Vozpopuli’, la jugada multimillonaria se consumó un minuto antes de que el Estado rescatara la entidad en 1982. Justo cuando Jordi Pujol vendió sus acciones por 700 millones de pesetas.

Y cuando un año después, el propio Pujol habría apalabrado con el dueño del Banco Vizcaya otros 500 millones de pesetas por quedarse en subasta con la financiera catalana. En total, al cambio, cerca de siete millones de euros que durante estos años habrían generado unos intereses de más de 40.

Pero ‘El Confidencial’, citando fuentes de la UDEF, confirma lo que en los últimos días viene sonando cada vez con más fuerza. Que el famoso 3% no era un tres, sino un 5%, como asegura Carod Rovira que le confesó un dirigente de Convergencia.

Esas son las cuentas de la Policía. Un 3% de mordida iba a las arcas del partido, y otro 1,5% directamente a los fondos del clan. Así es como la fortuna se habría disparado hasta los 500 millones estimados.