Miles de personas se han concentrado en la plaza Syntagma en Atenas. Es la tercera manifestación de los griegos en una semana a favor del Gobierno de Tsipras y en contra de las políticas de austeridad de la Troika. Una demostración del apoyo al Gobierno en la víspera de la reunión del Eurogrupo que decidirá el futuro económico del país.

La manifestación, convocada por el partido gobernante Syriza, ha reunido a cerca de 7.000 personas, según la policía, que han marchado desde la sede del Parlamento hasta el patio delantero del Parlamento, situado a pocos metros, sin que la policía les impidiese el paso.

'Fin de la austeridad', 'Sí a la salida de Europa', 'No queremos un nuevo rescate' o 'La democracia no se chantajea' han sido algunas de las pancartas que se pudieron leer. Entre los manifestantes, que llevaban algunas banderas de Grecia y Syriza y entre los que había algunos miembros del Gobierno como el ministro de Reconstrucción Productiva, Panayotis Lafazanis, reinaba un ambiente festivo.

La expectación es máxima en vísperas de una cita decisiva para Grecia. Mientras los periodistas asaltaban a los ministros a su residencia presidencial, Varoufakis rechazaba contestar preguntas argumentando que no iba a "dar una rueda de prensa".

Todo después de un consejo de ministros maratoniano que ha analizado la propuesta alternativa que Grecia pondrá este lunes sobre la mesa del Eurogrupo. El primer ministro ha comunicado su plan por teléfono a Juncker, Merkel y Hollande.

El presidente francés sostiene que no hay tiempo que perder y asegura que "cada segundo cuenta, es un momento crucial". Lo ha dicho durante su visita a la expo de Milán en la que le ha acompañado el primer ministro Renzi, quien cree que se dan las condicione spara llegar a un acuerdo con Grecia.

Según medios locales, Tsipras cedería en algunas de sus líneas rojas, aceptaría una reforma del IVA manteniendo los tres tipos actuales, pero cambiando la imposición que tienen algunos alimentos y los hoteles para aumentar los ingresos. También pondría fin a las jubilaciones anticipadas y recortaría las pensiones complementarias más altas.

Además, mantendría el impuesto sobre bienes inmobiliarios que había prometido eliminar. A cambio, reclamaría una reestructuración de la deuda y un plan para impulsar el crecimiento. Está por ver si la propuesta convence a la Troika y qué opina el ala izquierdista de Syriza que siempre ha descartado nuevas medidas de austeridad. Un rechazo que los griegos han vuelto demostrar en la calle.