Mientras se da esta situación, se siguen pidiendo bajadas de sueldos, a pesar de que se generalicen casos como el de Rauxana, que con dos carreras, un master e idiomas, cobra 800 euros por trabajar ocho horas al día en una tienda de ropa.
Hasta los jefes que pagaban un salario aceptable se ven en la encrucijada. "Con 1.200 euros ya están mal y si les bajas el sueldo irán a peor. Ya no trabajaran a gusto", afirma el dueño de un bar.
Despido tras despido y bajada tras bajada, al final hasta los 1.000 euros brutos se convierten en una utopía. Enfrente de esos 7,5 millones de declarantes que rozan los 1.000 euros mensuales, hay unos 5.600 contribuyentes que cobran más de 600.000 anuales, pero de ese grupo no hemos encontrado ningua nómina.