Aunque el Gobierno haya hecho oídos sordos a la petición de Europa de subir el IVA, el ministro Montoro asegura que la reforma fiscal no pone en peligro el compromiso de España con sus socios europeos.

"La rebaja fiscal es compatible con los objetivos de déficit. Esa reducción de impuestos impulsa la actividad económica y más actividad económico facilita el pago de impuestos y aumenta la recaudación tributaria", afirma Cristóbal Montoro.

Objetivo de déficit al margen, la medida estrella del Gobierno, la rebaja del IRPF, puede no brillarle tanto si no cuenta con el apoyo de las Comunidades Autónomas. Ellas tienen capacidad normativa en este punto. Lo que significa que habrá que negociar. En frente ya está Andalucía, su presidenta ha señalado que no está dispuesta a que se rebajen impuestos a quienes más tienen, en perjuicio de las clases medas, si va a significar más recortes.

En estos términos se expresaba la socialista Susana Díaz: "Y después vendrán a las Comunidades Autónomas y nos dirán, no tenéis tanto para Sanidad, no tenéis tanto para Educación. Y después vendrán los recortes, recortes sobre los hombros de los mismos. Esa es la reforma fiscal que se ha aprobado. 

Cataluña describe la reforma fiscal como "arriesgada", para luego añadir. "¿Esto realmente es una reforma fiscal? Fiscal lo es, porque toca tipos impositivos. No es reforma, es una suma de modificaciones puntuales, de tipos impositivos y de bodificaciones". 

Así las cosas, el presidente Mariano Rajoy ya dejó caer ayer este guiño a los gobiernos regionales: "Tengo que dar las gracias a las Comunidades Autónomas y corporaciones locales por el esfuerzo que también hicieron".

El Ejecutivo quiere, además, que el próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde se verá las caras con las comunidades, sea un punto de partida para negociar una reordenación de más de 70 tributos diferentes que cada autonomía maneja a su manera.