El frío invernal ha hecho una tregua, pero la calefacción central no. Por eso, en esta casa seguimos viendo la manga corta y las ventanas abiertas. Porque la calefacción comunitaria suele estar encendida de noviembre a marzo sin descanso. "En casa tenemos que estar con la manga corta, con los pantalones cortos"

Seis horas al día ininterrupidas suponen un gasto energético antinatural y desproporcionado. Por eso una directiva europea obliga a tener en 2017 contadores individuales en los edificios con calefacción central."Para que cada vecino de una comunidad de propietarios pague lo que consuma", explica Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU.

Porque subir nuestro termómetro sólo un grado puede suponer una gran pérdida. Si la temperatura exterior es de cinco grados y la de casa de veinte. El salto térmico es de quince grados. Modificar instalaciones como estas puede costar entre 600 y 1200 euros por propietario. Pero la idea es que todos salgamos ganando.

"La Unión Europea lo que está diciendo es que en los edificios, que es donde se consume la mayor parte de energía del país, en orden del 30% de la energía total en España, los edificios se podrían diseñar para no consumir prácticamente energía", a lo que Jorge Morales de Labra añade que "ese debería ser nuestro objetivo".

Nuestro objetivo debería ser reduccir el gasto y el desgaste de los recursos. Muchas comunidades autónomas ya contemplan ayudas para hacerlo. El que prefiera optar por seguir con su calefacción central como la tiene, que prepare el bolsillo, porque la multa por comunidad de vecinos en enero de 2017 será de 10.000 euros.