En Madrid ya huele bastante mejor. Atrás quedaron 13 días de huelga con un final a mano alzada. Un final feliz gracias al Gobierno, según la alcaldesa de Madrid Ana Botella. "El fin de la huelga no supondrá ningún despido gracias a la flexibilidad que ha traído la reforma laboral del Gobierno".
La alcaldesa saca una moraleja de todo el conflicto. "Abordar las normas que regulan el derecho de huelga", defiende Botella. Una propuesta que algunos se toman como una amenaza seria.
Para la oposición madrileña, la moraleja de la huelga es política. "Ana Botella generó el problema y no ha estado a la altura en la gestión de la solución", asegura Jaime Lissavetzky, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. El PSOE asegura que no es momento de presumir.