Las condiciones del tercer rescate de Europa a Grecia llegan al Parlamento del país, donde tendrán que ser aprobadas. Está previsto que algunos diputados de Syriza voten en contra, por lo que Alexis Tsipras ha negociado con parte de la opsocición para que respalden las medidas. 

El propio Tsipras ha dicho que se vio obligado a aceptar un acuerdo con los acreedores en el que no cree: "Asumo completamente la responsabilidad de firmar un texto en el que no creo pero que estoy obligado a cumplir", así se ha referido en una entrevista televisión pública griega. 

En su defensa ha destacado que era el mejor acuerdo que ha podido arrancar a sus socios del euro. "Una quiebra desordenada no solo habría llevado al colapso del sistema bancario sino también a la desaparición de todos los depósitos", ha argumentado. 

Además ha subrayado el hecho de que, a pesar de la resistencia de algunos miembros de la Eurozona como Finlandia o Países Bajos "no solo nos han dado dinero fresco, sino nada más y nada menos que 82.000 millones de euros y han aceptado reestructurar la deuda". También ha asegurado que "ha dado la batalla" para impedir un recorte mayor de los salarios y una reforma más profunda de las pensiones.