El aceite de oliva es sin duda uno de los alimentos que más se ha encarecido en España, en estos últimos tiempos. Si bien a nivel nutricional, sigue siendo la grasa por excelencia: todos los nutricionistas, médicos y especialistas en salud, sin excepción, recomiendan su uso tanto para cocinar como para aliñar. Su beneficio reside en su gran contenido en grasas insaturadas que contiene (las llamadas grasas buenas y cardiosaludables).
Sin embargo, el precio no es tan saludable para nuestros bolsillos, tras aumentar su precio un 52,5 % anual en agosto, seguido del azúcar, que se vende un 42,5 % más caro. Los últimos datos desagregados del Índice de Precios de Consumo (IPC), difundidos este martes, 12 de septiembre, por el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran la tendencia alcista del aceite de oliva, en contraposición con los demás aceites comestibles, que se han abaratado el 33,9 % en el último año.
La escasa cosecha de la campaña actual, que ha caído a la mitad respecto a la anterior recogida por efecto de la sequía, y las malas perspectivas para la próxima explican la subida del precio en origen del aceite de oliva, con el virgen extra por encima de los 8 euros por litro, mientras que en los supermercados ya supera los 10 euros.
Solo en un mes, entre julio y agosto, el aceite de oliva se encareció el 8,7 %, más que ningún otro alimento, y en los ocho primeros meses del año acumula una subida del 25,9 %. Por el contrario, los otros aceites comestibles han experimentado unas caídas del 3,4 % respecto a julio y del 26,6 % entre enero y agosto en comparación con el mismo periodo de 2022, en línea con la evolución de los precios internacionales.
Superado el efecto de la guerra en Ucrania, los precios mundiales de aceites vegetales como el girasol han bajado en el último mes por la abundancia de suministros de los principales exportadores, lo que ha aflojado las tensiones, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En España, la incógnita de cuánto lloverá en la próxima campaña que comienza en octubre mantiene disparado el precio del aceite de oliva y el sector productor achaca la situación a la escasez de producto. Tras el aceite de oliva, el alimento que más se ha encarecido desde agosto de 2022 ha sido el azúcar (+42,5 %), si bien su cotización no varió en el último mes y apenas ha acumulado una subida del 2,7 % entre enero y agosto. España es deficitaria en azúcar y, además, la producción remolachera de este año se va a ver comprometida por la sequía y las escasas reservas hídricas.
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También influye el contexto internacional, con los precios del azúcar al alza en medio de la preocupación por el impacto que puede tener el fenómeno de El Niño en las perspectivas mundiales de producción, entre otros factores. El arroz ha sido otro de los alimentos que más han subido de precio en el último año (+21,6 %), si bien no experimentó cambios respecto a julio, y tuvo un incremento del 8,1 % en su cotización en los ocho primeros meses del año. A la pérdida de cosecha en España por la falta de agua se suman las tensiones comerciales en el comercio mundial, después de que la India prohibiera en julio la exportación de arroz para controlar los precios domésticos.
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