Elisabeth es enfermera y su contrato actual con el Hospital Clínico de Santiago de Compostela es de 15 días. Lleva ya diez años trabajando en el sector público y siempre de forma temporal y en condiciones precarias. “Un día trabajas en un sitio, mañana en otro y pasado en otro, en un servicio donde a lo mejor no has trabajado en tu vida”, cuenta.

Como ella, otros 300 trabajadores eventuales del área sanitaria compostelana se han unido para reclamar mejoras en su situación laboral. “El que más se ve afectado es el paciente siempre”, asegura una de las enfermeras. “Se siente desatendido porque nunca llega a la confianza con su enfermera”, afirma otra. Ya han presentado una queja en el registro del Hospital de Santiago para mostrar su descontento y planean seguir con las movilizaciones.

También se quejan en el Hospital del Barco de Valdeorras, en Ourense. Sus 35 médicos con plaza alertan del desmantelamiento progresivo de sus servicios. “Tan precario está que no hay urgencias en hematología”, afirma Manuel Rodríguez, secretario general del sindicato médico O’MEGA. Cualquier paciente que requiera una cirugía urgente a partir de las 15.00 horas, debe ser trasladado al hospital de Ourense, situado a una hora y media de camino.

Emilio Armada, vicepresidente del sindicato médico CEMSA, destaca que “la situación tiene que ser realmente grave para que haya tanta unidad a la hora de condenar”. Los recortes de personal, el cierre de camas y las condiciones precarias del centro han unido a los sanitarios que exigen una asistencia sanitaria de calidad.