Cualquier aniversario, evento o buena noticia era una excusa para derrochar. Excesos como, por ejemplo, el reloj de 8.000 euros que recibió Miguel Blesa para celebrar los 10 años de la filial de banca privada de Caja Madrid.
Pero ahí más. Según publica 'Expansión', en 2008 todos los directivos y comerciales de Altae disfrutaron de un viaje de lujo a Suiza. "Han sido muy torpes, han dejado muchas pruebas para que se pueda judicializar", señala Sergio Salgado, portavoz de 15MpaRato.
Además de obsequios y viajes, también hubo dinero para conciertos privados: para soplar las velas de la entidad o simplemente por la apertura de una nueva oficina en Valladolid.
En época de bonanza, los directivos de Caja Madrid disfrutaron de numerosos y variados "regalos", como puede comprobarse en los correos internos de Miguel Blesa. Un tren de vida marcado por el despilfarro, que acabó descarrilando muy poco después.