Casi una semana después del inicio de la huelga, Madrid amancece plagado de basura.

Basura, restos de botellón y malos olores. A los desperdicios en la calle se le suman además contenedores y coches quemados. Una desagradable estampa para los turistas que visitan la capital.

El Ayuntamiento asegura que aún no hay motivos para decretar una alerta sanitaria pero denuncia que los piquetes esparcen la basura e impiden cumplir los servicios mínimos.

Los sindicatos se defienden y aseguran que van a seguir luchando para parar el ERE que dejaría en la calle a más de 1.100 personas y rebajaría el sueldo al resto en un 40%.

Los sindicatos explican que la "solución es difícil porque las negociaciones continúan en punto muerto", seis días después del inicio del conflicto.

Con motivo de la huelga, 170 contenedores han ardido y 300 papeleras han sido destrozadas.