La fuerza del sindicalismo parece disminuir a pesar de la situación de mucho trabajadores. En la merma han sido clave varios motivos. La pérdida de influencia social es notoria, con los principales sindicatos salpicados por escándalos como el de los cursos de formación o las tarjetas 'black'. 

Las bases piden un relevo generacional y en este contexto, formaciones nuevas como Podemos o Ciudadanos empuñan la bandera del descontento que tradicionalmente llevaban los sindicatos. Aunque, si algo ha desarmado a los sindicatos frente a las empresas en los últimos años son las reformas, principalmente la última reforma laboral.

Desde que arreció la crisis, la afiliación sindical ha bajado del 7,4% que había en 2008 al 15,9% con el que se cerró 2013.