Es un tema que el Gobierno de Rajoy había mantenido absolutamente oculto. Suiza había ofrecido a España un pacto para conservar el anonimato de los españoles que tienen dinero en bancos de aquel país. A cambio Suiza estaba dispuesta a pagar dinero a la Hacienda española. El mutismo ha saltado por los aires en el Congreso de los Diputados.

Suiza tiene la solución para proteger su paraíso fiscal. Se llama 'pacto de Rubik'. Consiste en pagar a los gobiernos el dinero que los defraudadores deberían tributar en sus países. A cambio, los datos de los evasores seguirán en secreto.  Gran Bretaña y Austria han aceptado el trato, dinero a cambio de confidencialidad.

Suiza, en octubre,  también se lo ofreció a España. Ahora, hemos sabido que el Gobierno dirá no.  En un corrillo con periodistas, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha asegurado que el Gobierno no tiene "absolutamente ninguna" intención de firmar con la Confederación Helvética un acuerdo de este tipo.

Suiza quiere que el dinero de los evasores siga a buen recaudo en sus bancos y así seguir manteniendo su negocio más rentable. La OCDE calcula que 18 billones de dólares permanecen ocultos en los paraísos fiscales del mundo.

Con actitudes como las de Suiza, los gobiernos sólo conseguirán información a través de chivatos como Falciani o Rudolf Helmer, un exbanquero suizo que entregó a Julian Assange este CD con información de 2000 clientes sospechosos.