Asesor en Telefónica, es el nuevo destino de Rodrigo Rato. LLega a su nuevo cargo con una imagen muy dañada. Ahora mismo está imputado por cuatro  presuntos delitos de falsificación de cuentas, administración desleal o apropiación indebida, ha tenido que declarar como imputado ante el juez tras la ruinosa gestión al frente de Bankia, dejando un agujero de 24.000 millones de euros.

No es la primera figura pública que, tras caer en desgracia, ficha por la empresa de telecomunicaciones. Telefónica también fichó en su momento al exportavoz del PP, Eduardo Zaplana, y al marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, que se unió a la empresa en pleno escándalo judicial.

Fuentes del mercado cifran en torno a los 100.000 euros anuales la retribución de esos puestos, que no exigen dedicación exclusiva. Telefónica ha asegurado en un comunicado que el nombramientos de Rato  refuerza "la visión global de Telefónica", que tiene presencia en 25 países.