Era el eslabón perfecto para que lo que Granados y Marjaliza habían ocultado en Suiza volviera a España sin que saltara ninguna liebre. Un cartero de Costa Rica: Bernal Zamora Arce, con una casa es de lo más humilde. Sin embargo, su nombre aparece al frente de 631 sociedades. Un testaferro profesional, como él mismo ha reconocido a un semanario de su país: "Yo sólo presto el nombre. Nada más".
Nada más y nada menos. Como aparece en el BOE costarricense, en un solo día se convirtió en presidente de todas estas empresas. Y aquí está el problema de Granados y Marjaliza. Entre ellas aparece
Sheraton Trading, la misma sociedad que, según el juez Eloy Velasco, ambos utilizaban para ocultar sus fondos en Suiza.
Al testaferro de Granados y Marjaliza le conocemos porque su nombre figura en la Lista Falciani: al menos dos de las sociedades que representaba, Vanguard Traidin y Realco Management, tenían en el
HSBC más de 30 millones de dólares.
Además, según esas mismas fichas del banco, Bernal Zamora sólo figuraba, pero quien controlaba realmente los fondos de esas sociedades era un vendedor de diamantes con residencia en Israel.
Una misión casi imposible
Alquilar un piso, una misión casi imposible: "Dijimos que éramos pareja y ni aún así nos llamaron"
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