Rodrigo Rato sigue haciendo su vida en libertad a la espera de volver al juzgado, pero los relacionados con su entramado ya saben lo que es dormir entre rejas. Portuondo sigue en la cárcel y Montero Quevedo pasó dos noches en el calabozo, al igual que Teresa Arellano.

Los que han podido hablar con la secretaria de Rato dicen que se siente engañada. La periodista Lucía Méndez asegura que "ella firma porque cree en Rato, y termina en un calabozo mientras él está en su casa".

Está por ver si eso cambiará tras la declaración. Los hay que le quieren ya en prisión, como Andrés Herzog: "Espero que acabe en prisión, porque cada día vamos atando cabos de una carrera criminal".

Y los hay que vinculan el modus operandi de Rato con la forma de actuar del PP, como Alberto Garzón: "Rato es un representante paradigmático de lo que ha sido la política neoliberal y corrupta del PP".

A la espera de conocer el destino del exvicepresidente, varias voces ligan su singladura a la de Bárcenas. Para Juanma Moreno, "el caso de Bárcenas y el de Rato son al final cuestiones que nos sonrojan a todos".

Pero en el Gobierno se resisten a mezclar a Rato con el exreo de Soto del Real. En palabras de Rafael Catalá: "No es lo mismo el empleado de un partido que un vicepresidente del Gobierno y su actividad". Una serie de circunstancias que de momento no han llevado a Rato a prisión.