En la fábrica de Volkswagen en Landaben, Navarra, se respiraba la preocupación a la salida del trabajo. "Es una sorpresa porque siempre habíamos sido una empresa con referencias muy buenas", comenta una trabajadora.
En Martorell, donde el grupo alemán anunció junto al presidente del Gobierno otros 3.300 millones de euros de inversión, los sindicatos esperan que el dinero no deje de llegar por el escándalo y afirman que pese a que una parte no se puede ver afectada, temen por las inversiones futuras.
Por el momento ni el ministerio de industria ni la compañía confirman si la inversión se verá comprometida. Los consumidores piden responsabilidades. Rubén Sánchez, portavoz de FACUA, pide que el Congreso no se quede al margen e inicie una investigación.
Mientras, Volkswagen vive un respiro en bolsa tras el desplome de los últimos dos días, pero el horizonte es negro porque a la multa en Estados Unidos se suman las posibles sanciones que lleguen de las investigaciones de Alemania, Francia, Italia y Corea del Sur. Según los expertos, en Europa los controles hacen más complicado que el engaño se produzca.
También aclaran, en el caso de que algún vehículo en nuestro país tenga instalado el dispositivo, eso no implica ningún riesgo para la seguridad, sólo lo hace más contaminante de lo permitido.