Gobernar Madrid con vistas a la diosa Cibeles ha sido bastante más cara de lo previsto. Sólo la obra para acondicionar este impresionante edificio ha costado más del doble de lo presupuestado.

El equipo de Gallardón calculó 67 millones, la cifra se fue inflando hasta 80, luego hasta los 126 y el último cálculo sitúa el coste en los 138 millones en el ayuntamiento intenta justificarlo.

Aseguran que tiene un alto valor cultural. En 2007 fue el propio Gallardón el que presumió de nuevo despacho de alcalde ante la prensa, nada menos que 80 metros cuadrados. Para la oposición, “es una tomadura de pelo”.

Y al elevado precio de la reforma hay que sumarle el de la compra del histórico edificio. Al final, se calcula que el traslado completo casi rozó los 500 millones, que los madrileños todavía no han terminado de pagar y mientras, la antigua sede del ayuntamiento madrileño, la conocida casa de la villa, languidece con las puertas cerradas.