La fractura de Syriza es un hecho en la calle y entre sus diputados. El Parlamento griego tiene horas para aprobar las medidas impuestas por la Troika en medio de una maratón de reuniones con sus colegas y socios de Gobierno, en las que Tsipras pretende recabar los máximos apoyos. 

En esta carrera a contrarreloj el partido del Gobierno comienza a fragmentarse. El ala más dura no apoyará al primer ministro. Un total de 45 diputados de Syriza votarán 'no' en la crucial elección de mañana, entre ellos, los ministros de Energía y Trabajo.

Incluso el exministro Varoufakis ha criticado el acuerdo. El resto de Syriza, 104 parlamentarios parece que se inclinan hacia el 'sí'. Los partidos proeuropeos de la oposición junto a los socios del Gobierno, han adelantado que apoyarán las medidas. Con el supuesto 'no' de Amanecer Dorado y los comunistas, Grecia sólo conseguiría el aval para lograr el tercer rescate gracias a la oposición.

Esta ruptura en las entrañas del partido, unida a la primera huelga de funcionarios contra Tsipras deja al primer ministro pendiente de un hilo del que puede caer en cualquier momento, a la espera de posibles dimisiones en cadena o una nueva convocatoria de elecciones.

Por si fuera poco, a partir de ahora el Gobierno griego tendría que caminar al paso que le marque en todo momento la Troika, ni más ni menos.