Hace unos pocos días, Alexis Tsipras prometía el fin de la austeridad tras la victoria del 'no' en el referéndum. Pero ahora tiene que defender en el Parlamento el plan que envió en la noche del jueves a Bruselas y que incrementa en un 62,5% los recortes.
El domingo los griegos rechazaron un ajuste de 8.000 millones y ahora deberán afrontar un ajuste de 13.000 millones. Se hará congelando todas las pensiones hasta 2021. Además, se eliminará el complemento a las pensiones más bajas, y se adelantará la entrada en vigor de la jubilación a los 67 años.
Los ciudadanos griegos verán también cómo se duplica el IVA de los alimentos básicos, la energía o los hoteles, que pasaría del 6,5% al 13%. En la hostelería, sector clave para el turismo, subirá al 23%.
El impuesto de sociedades, el que pagan las empresas, también subirá. Aumentará dos puntos, del 26% actual al 28%, tal y como pedía Bruselas, y un punto menos de lo que Tsipras quería.
En el gasto militar, Tsipras también ha cedido. El recorte será de 300 millones de euros, 100 más de los que quería el primer ministro, pero 100 menos de lo que le ha pedido Bruselas.
El nuevo plan de Tsipras también prevé la privatización total de los grandes puertos griegos, el de El Pireo y el de Tesalónica, que ya estaban parcialmente privatizados. Además, el Gobierno griego eliminará las ayudas fiscales a los astilleros, el sector más importante de la industria griega.
El Gobierno se ha comprometido
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