Uno de cada cinco habitantes (cifra equivalente al 20,4% de la población) vive por debajo del umbral de la pobreza en España. En comparación con el año anterior (20,8%) se ha experimentado cierto descenso. Esto se debe a que ha disminuido el límite que marca el umbral por la disminución, en general, de los ingresos.
Esa mínima reducción del la tasa también se explica por la estabilidad de los ingresos de los mayores de 65 años (cuyo riesgo de pobreza se reduce en 2,1 puntos hasta el 12,7%), ya que sus pensiones permanecen estables pese a los menores ingresos del resto de la población, mientras que la de los menores de 16 años se elevó hasta el 26,7%.
Además, el porcentaje del 20,4% se eleva hasta el 27,3% si se utiliza el indicador AROPE de riesgo de pobreza o exclusión social que es el que figura en la estrategia Europa 2020 de la Unión Europea. Este indicador, además del riesgo de pobreza, tiene en cuenta la baja intensidad de empleo en los hogares y la carencia material severa, como no poder ir de vacaciones, no poder comer carne, pollo o pescado cada dos días, no poder calentar la vivienda, no poder tener coche, lavadora o teléfono, o no disponer de 650 euros para gastos imprevistos, entre otros factores.
Según explica el Instituto Nacional de Estadística (INE) en la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) difundida, en 2013 los ingresos que marcan el umbral de pobreza de una persona se situaron en 8.114 euros, y en 17.040 para los hogares compuestos por dos adultos y dos menores, frente a los 8.321 y 17.473 euros, respectivamente, de 2012.
La población que vive por debajo del umbral de la pobreza supera el 30% en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Extremadura, y se acerca a ese porcentaje en Andalucía y Canarias.
LOS MENORES, GRAVEMENTE PERJUDICADOS