Hay cosas subjetivas, pero casi todo el mundo está de acuerdo en que en España cada vez hace más calor. Sobre todo, si a uno le preguntan en medio de un 'zarpazo' de calor, o cuando acaba de cambiar el tiempo de manera brusca, algo que últimamente viene siendo muy habitual.
Sin embargo, no todo es una ola de calor, con todas sus letras. Existen unos criterios para poder ser considerada así. En este artículo nos zambullimos en algunos detalles meteorológicos y explicamos cuánto calor podemos aguantar los seres humanos.
Cuándo se considera ola de calor
Para que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) considere que hay una ola de calor deben cumplirse varios criterios:
- Duración mínima de tres días consecutivos con temperaturas máximas que superen umbrales específicos de cada provincia.
- Una extensión considerable del territorio afectado.
Los umbrales de temperatura varían por región, según las estadísticas históricas. En áreas del sur y centro de España se pueden esperar temperaturas de 38-40 grados Celsius.
Cuántos grados se considera mucho calor
El concepto de "mucho calor", como para que se declare una ola de calor, varía dependiendo de la zona geográfica. En términos generales, temperaturas máximas que exceden los umbrales del 95% de las series de temperaturas máximas diarias de los meses de julio y agosto entre 1971 y 2000 se consideran extremas.
En algunas provincias, esto puede significar temperaturas alrededor de 40 grados Celsius, lo cual se considera extremadamente caliente y puede desencadenar alertas de salud pública.
Las olas de calor más recientes
En el año 2023, España experimentó múltiples y severas olas de calor. Estos fenómenos meteorológicos intensos registraron temperaturas máximas notables que superaron los 40°C.
En agosto de 2023, una ola de calor del 21 al 24 de agosto registró temperaturas máximas extraordinarias, impactando gran parte del país.
Además, en julio de 2023 se dieron dos eventos críticos: la primera ola de calor alcanzó los 44,5°C en Córdoba, mientras que la segunda registró máximas de 44,2°C en Málaga y Granada y 43,9°C en Murcia, marcando a julio como el sexto más cálido en más de 60 años de observaciones meteorológicas. Estos datos confirmaban la tendencia de creciente frecuencia e intensidad de los eventos de calor extremo en la región.
Cómo afecta la ola de calor al ser humano
No es solo la incomodidad, las olas de calor pueden tener impactos severos en la salud humana. El calor eleva el riesgo de deshidratación, de sufrir golpes de calor y es un factor de exacerbación de enfermedades crónicas.
Los grupos más vulnerables, como ancianos, niños, y personas con condiciones de salud preexistentes, son particularmente susceptibles a estos efectos.
Por esta razón, las altas temperaturas deben ser tomadas en serio. Conocer y prepararse para las olas de calor puede mejorar significativamente la seguridad y el bienestar de las personas. Un golpe de calor puede ser mortal.
Qué temperatura ambiente es peligrosa
Las temperaturas a partir de los 35 grados Celsius ya pueden considerarse peligrosas, especialmente si se mantienen por períodos prolongados sin descenso significativo durante la noche.
Las llamadas "noches tropicales" impiden la recuperación del cuerpo, aumentando el riesgo de problemas de salud relacionados con el calor.
Hay que tener en cuenta que la aclimatación al calor es un ajuste fisiológico crucial y es un proceso gradual, que puede durar desde varios días hasta semanas, siendo especialmente crítico durante el inicio del verano, cuando las temperaturas máximas y mínimas se mantienen elevadas.
Durante este periodo, el organismo lucha por mantener una regulación eficiente de la temperatura corporal, lo que puede complicar la recuperación diaria y elevar el riesgo de complicaciones de salud, según explican desde Madrid Salud.
Los efectos del calor intenso pueden manifestarse como molestias menores o, en situaciones extremas, como emergencias médicas que ponen en peligro la vida.
Los efectos directos incluyen condiciones como: agotamiento por calor, calambres, síncopes por calor (lipotimias), dermatitis por exposición solar o hinchazón en piernas y pies. Además, existe el riesgo de sufrir un golpe de calor, que puede desencadenar insuficiencia de múltiples órganos y ser potencialmente mortal.
Las altas temperaturas aumentan la demanda de oxígeno a nivel celular, complicando las condiciones para personas con deficiencias respiratorias. La deshidratación provocada por la excesiva sudoración puede llevar a una mayor viscosidad sanguínea, elevando el riesgo de trombosis y problemas como infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, especialmente en aquellos con aterosclerosis significativa
Cómo soportar las altas temperaturas
Para mitigar los efectos de las altas temperaturas en exteriores, es crucial seguir algunas estrategias efectivas:
- 1. Hidratación continua: mantenerse hidratado es vital para prevenir la deshidratación. Se puede añadir suplementación con electrolitos.
- 2. Vestimenta adecuada: usar ropa ligera, transpirable y de colores claros.
- 3. Evitar las horas de más calor: programar trabajos más exigentes en momentos más frescos del día.
- 4. Aclimatación al calor: permitir que el cuerpo se habitúe gradualmente al calor.
- 5. Control de la temperatura en el lugar de trabajo: usar ventiladores, aire acondicionado y mantener las áreas de trabajo bien ventiladas.