En la ganadería ecológica los animales tienen que salir todos los días al campo a pastar, por lo que eligen ellos mismos su comida. Otra diferencia con la ganadería industrial radica en que los ganaderos no utilizan sustancias químicas o antibióticos con sus animales.

Para comprobar estas diferencias salimos a pastorear con Rafael González, ganadero de la granjaSuerte Ampanera. Nada más llegar nos encontramos con que las cabras están pastando aprovechando el fresco de la mañana. González nos cuenta que a partir de las 12.00 de la mañana se tumban y que con el calor ya no comen.

El rebaño normalmente sale a pastar entre seis y diez horas diarias, y después se realiza el ordeño a mano, del que se sacan quesos ecológicos.

La alimentación en la ganadería ecológica

En cuanto a su alimentación, este ganadero nos cuenta en el vídeo que sus cabras se alimentan de la vegetación existente en su finca en Colmenar Viejo, en Madrid: pastizal, encina, bellota, enebro y otras plantas.

Entre los beneficios de que los animales coman del campo, este ganadero señala que, por ejemplo, el enebro les limpia los pulmones mientras que el tomillo las desparasita.

Además, González nos cuenta que él tiene cabras con quince años, algo que, dice, es imposible en la ganadería industrial porque “con seis o siete años van fuera porque están agotadas”. Y, añade que las cabras ecológicas “dan menos leche que las de ganadería convencional pero la que dan es de mejor calidad”.

También nos explica que el reglamento de ganadería ecológica prohíbe las mutilaciones, el corte de rabo, las castraciones, etc. a los animales, por lo que estos sufren menos.

Para terminar, vemos en este vídeo uno de los resultados finales de esta ganadería ecológica cuidada diariamente: queso fresco que fue premiado en 2011 como el mejor ‘Queso de Producción Ecológica’, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.