En el momento en el que el sol alcanzaba su zénit en la aldea de Qunu, su pueblo de la infancia, se ha enterrado el cuerpo de Mandela. Unas 4.500 personas asistieron al funeral del líder sudafricano cuyo féretro ha viajado en carruaje hasta una enorme carpa presidida por una foto suya. Una tradición que ha puesto punto final a 10 días de luto oficial, multitud de ceremonias de homenaje. Los cánticos celebrando su vida y las flores siguen aún muy presentes.
La llama de Mandela descansa en Qunu, su pueblo natal