En medio de un páramo desértico de la frontera de Libia con Túnez. Allí es donde las autoridades tunecinas habrían abandonado a un nuevo grupo de migrantes subsaharianos, que se vieron obligados a caminar durante horas sin agua y sin comida, bajo un sol abrasador, hasta que la guardia fronteriza libia les rescató el pasado fin de semana.
Entre lágrimas, agotada y embarazada, la enfermera sudanesa Tafaul Omar ha relatado a la agencia Reuters cómo les arrestaron y abandonaron en la zona fronteriza con Libia, una práctica que el Gobierno de Túnez niega, a pesar de que no es la primera vez que las patrullas se encuentran a migrantes abandonados e incluso muertos en el desierto.
"Era simplemente una sensación horrible caminar en mitad de la nada", ha relatado la joven, que temió por la vida de su bebé nonato durante esa travesía de pesadilla por el desierto. Junto a ella, otros 14 hombres y mujeres de varios países africanos -Sudán, Senegal, Gana y Mali- se encontraron abandonados a su suerte.
Tafaul Omar huyó junto a su marido, Yaseen Adam, de su hogar en Jartum tras estallar el conflicto armado en Sudán el pasado mes de abril, en el que murió su padre. Según su relato, estaban viviendo en Túnez cuando la Policía les arrestó y les condujo hasta la frontera junto con otros migrantes: los agentes golpearon a los hombres y les arrebataron a todos los teléfonos móviles, antes de dejarles tirados en el desierto.
Kufi Mousa y su mujer, Blessing David, también embarazada, forman parte del mismo grupo de migrantes rescatados. Su intención era llegar a Europa, pero no han conseguido suficiente dinero, según relataba él a Reuters: "He perdido la esperanza, solo quiero regresar a Gana. Nos expulsaron a mi mujer y a mí y nos dejaron caminar en el desierto enfrentándonos a condiciones terribles", lamentaba.
Los propios migrantes, las autoridades libias y grupos en defensa de los derechos humanos acusan a Túnez de expulsar a migrantes y dejarles abandonados en mitad del desierto, pero el Gobierno lo niega. Al menos 18 personas, según la agencia Efe, han fallecido cerca de la frontera libia en los últimos días tras ser deportados del país, que precisamente acaba de firmar un acuerdo migratorio con la Unión Europea, según han denunciado organizaciones humanitarias.
Recientemente dio la vuelta al mundo la imagen de una madre y su hija pequeña encontradas muertas en el desierto entre Túnez y Libia de sed y hambre. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unas 300 personas han sido atendidas por agencias de Naciones Unidas y las autoridades libias en la zona, pero unos 350 migrantes permanecen varados en la zona fronteriza.