En Afganistán la esperanza de encontrar con vida a las miles de personas sepultadas por el corrimiento de tierras, se esfuman por minutos. Los rescatadores se dan por vencidos. La inestabilidad del terreno podría provocar una nueva avalancha y Naciones Unidas asegura que la prioridad ahora es ayudar a las 4.000 personas desplazadas.