En su primera entrevista tras el ataque químico, Al Asad lo niega todo. El presidente sirio dice que no tienen armas químicas y que si fuera así nunca las usaría, asegurando que el ataque con gas sarín es "una invención al 100%".

Además, desarrolla la teoría. Dice que las imágenes del ataque no son ciertas, y son fruto de un Estados Unidos cómplice con los terroristas que montaron toda esta historia para que sirviera de pretexto al ataque.

Dos días después de lo sucedido, Estados Unidos lanzó un ataque con misiles contra una base militar siria. Al Asad lo denuncia afirmando que se trata de una estrategia diseñada, y desarrolla las fases: en la primera, tocaba la representación que vimos en las redes sociales y en televisión, después la propaganda; y luego en la fase dos, "el ataque militar"

Dice que nadie ha investigado el ataque y ha reiterado que trabajará junto a Rusia en pro de una investigación internacional, apostillando que debe ser imparcial.

Es la otra versión de un ataque del que sí sabemos que dejó más de 80 muertos y que un tercera parte de ellos eran niños. Además, el régimen sirio ha acusado a la coalición internacional de un ataque en su territorio con decenas de víctimas del que no hay imágenes.