Varios vecinos griegos abriéndose camino entre el agua con sus pertenencias en la mano y en fila india para ponerse a salvo es una de las impactantes imágenes que dejan las lluvias en el país heleno.
Iban a bordo de un autobús que se encontró en una carretera convertida en un río de lodo. Los conductores tuvieron que ser rescatados por los bomberos.
El agua bajaba con mucha violencia en la localidad de Mandra, arrastrando los coches como si fuesen de juguete y que quedaban destrozados tras la brutal embestida. La misma suerte han corrido los barcos atracados en el puerto.
Los habitantes sólo han podido derramar lágrimas. Lágrimas por las víctimas mortales por la riadas causada por las lluvias, y porque lo han perdido todo.
El gobierno ha decretado el estado de alarma tras los graves y cuantiosos destrozos ocasionados por las lluvias torrenciales.