En la avenida de los horrores de Alepo hay familias asesinadas en plena calle. Sus cuerpos están entre bolsos de viaje: querían huir, pero los obuses no les dieron tiempo. Una de las víctimas aún lleva su bolso a la espalda. Murió intentando escapar. Al menos 7 muertos eran niños.
Estaban en la vía que une Alepo este con el oeste, controlado por el gobierno. No hay garantías ni de una huída segura. Para los heridos, apenas quedan ambulancias, hospitales o anestesia.
Esta es la realidad que está tras la palabra "ofensiva". Estas son las atrocidades que se están cometiendo en Alepo. Y mientras ocurre esto, Rusia ofrece cuatro corredores humanitarios a la ONU.
El régimen está lanzando folletos sobre la zona este para forzar a la huída. Entre 30.000 y 50.000 personas han huido de Alepo este en los últimos días. Seis de cada diez son niños, según Unicef.
Aunque no lo parezca, a pocos kilómetros, una imagen totalmente distinta en la misma ciudad; zona controlada por el gobierno. Una celebración cristiana a apenas a poca distancia, o las dos caras de una ciudad sometida al asedio más inhumano.