Tras enseñarles de dónde vienen nuestros móviles y cuántas vidas cuestan producirlos, queremos revelarles a dónde van cuando los tiramos. La mayoría, a los vertederos tecnológicos, rincones en China y Ghana, donde se concentra la mayor tasa de dioxinas cancerígenas. El objetivo es que las empresas reciclen los aparatos, para eso pagamos un canon, pero el Consejo de Estado ha confirmado que no lo hacen. Los españoles pagamos un canon con los aparatos electrónicos que compramos para que luego se reciclen, pero las grandes marcas reconocen que solo se recicla correctamente un tercio.