Este fin de semana, la isla griega de Hidra se vio envuelta en una tragedia ambiental cuando el único bosque de pinos de la isla fue devastado por un incendio provocado por un grupo de turistas. Los 13 individuos, que celebraban una fiesta privada a bordo de un yate de lujo, decidieron lanzar fuegos artificiales, desencadenando un desastre de grandes proporciones.

El yate en cuestión, cuya renta semanal alcanza los 300.000 euros, estaba equipado de seis camarotes con baño incorporado y un jacuzzi en cubierta. Los turistas, confiados en su opulencia, no previeron las consecuencias de su acto imprudente. Las llamas se propagaron rápidamente debido a las altas temperaturas, que rondan los 40 grados, y los fuertes vientos de hasta 95 kilómetros por hora, arrastrando gran parte del bosque en una zona de difícil acceso sin carreteras.

Los bomberos luchan incansablemente por controlar el incendio con ayuda de hidroaviones, mientras los detenidos enfrentan graves consecuencias legales. Tras comparecer ante el fiscal, se les ha dado un plazo de 38 horas para preparar su defensa. Las penas por su temeridad podrían oscilar entre diez y 20 años de cárcel y multas de hasta 200.000 euros.

El alcalde de Hidra, Georgios Koukoudakis, ha expresado su indignación ante los medios locales: "Estamos indignados de que algunas personas lancen fuegos artificiales de manera tan irresponsable en un bosque". Además, ha anunciado que se emprenderán acciones legales contra los responsables del incendio.

Los turistas, tas intentar sin éxito apagar las primeras llamas y llamar a los bomberos, se dieron a la fuga, lo que agravó la situación. Este incendio se suma a los 64 que han surgido en las últimas 24 horas en Grecia, una nación en estado de alerta debido a las altas temperaturas y el riesgo de nuevos fuegos.