Amatrice, una localidad situada en el corazón de los Apeninos, ha quedado sepultada tras el terremoto. Considerada desde 2014 como el pueblo más bello de Italia por su rico patrimonio natural y arquitectónico, muy pocos de sus edificios quedan en pie.
El hotel de Roma, que abrió sus puertas en 1897, ha quedado resquebrajado. En el momento en el que tembló la tierra había 32 huéspedes en sus habitaciones, la mitad sobrevivieron, la otra mitad podrían haber muerto o estar heridos.
Amatrice es conocida también como la ciudad de los 100 templos. Uno de los más importantes, La Iglesia de San Agustín del siglo XIV que también ha quedado rodeada de escombros y reducida a polvo.
Las imágenes aéreas lo confirman, es un pueblo prácticamente inexistente. La mitad de sus edificios se han perdido, el seísmo ha sido muy superficial y la mayoría de construcciones son muy antiguas y están construidas con piedra o materiales muy poco resistentes.
Sus coloridas calles medievales son montañas de cascotes, como la Corso Umberto, su vía principal. La Torre Cívica es de las pocas que ha sobrevivido, marcando la hora de la tragedia, que se deja estampas desoladoras como la de esta escuela.