La película no deja en buen lugar al fundador de Wikileaks, quien no ha querido participar en el rodaje. El director, que ya tienen un Oscar por otro documental, dice que ha preferido seguir la filosofía del propio Assange y su “transparencia total”.
El cineasta ha desvelado que si no ha contado con Assange es porque le llegó a pedir un millón de dólares por hacerle una entrevista. “Sí, me pidió dinero y la promesa de que espiaría el contenido del resto de entrevistas. Simplemente no quise pasar por ahí”, cuenta Alex Gibney.
Wikileaks lo niega todo pero con o sin su fundador, el documental que cuenta su historia ya arrasó en el festival de Sundance y ahora lo está haciendo en los cines de Estados Unidos.