Caos circulatorio en París en la quinta jornada de huelga en el sector del transporte público, que ha sido la peor hasta ahora, con más de 600 kilómetros de atascos en los accesos a la capital francesa a primera hora.
Kilométricas también han sido las colas para coger los autobuses que debían ser la alternativa a Metro y Cercanías. "No hay Metro. Nada. Está cerrado.", comentaba una joven.
Con servicios mínimos que en algunas líneas no llegan al 10%, ha habido casi bofetadas por subirse a alguno de los poquísimos trenes que circulaban y en los que no cabía un alfiler. "En algunas líneas no hay trenes, de hecho", indicaba una usuaria.
Es el preludio de una nueva gran movilización convocada para el martes contra la reforma de las pensiones promovida por el presidente Emmanuel Macron, en la que se prevé que, además de los transportes, se paren museos, colegios y refinerías.
Este lunes, la ministra de Solidaridad se reunía con los agentes sociales, pero de momento la Intersindical del Transporte ya ha ampliado su huelga hasta el viernes incluido y mantiene firme su pulso a Macron.