Una auténtica avalancha humana se ha formado por miles de personas que querían ver por última vez a su ídolo Nelson Mandela. Las autoridades han tenido que suspender los traslados hasta la capilla ardiente para poder controlar la situación. Decenas de miles de personas han esperado durante largas horas para acceder a la sede gubernamental y poder despedir a Madiba.
Una avalancha humana obliga a cerrar los accesos al féretro de Mandela