Un avión militar ruso, modelo Su-34, se ha estrellado este lunes contra un edificio residencial de nueve plantas en la ciudad rusa de Yeisk, situada a orillas del mar de Azov y cercana a Ucrania. Al menos 13 personas han fallecido y casi una veintena han resultado heridas. La tripulación ha logrado eyectarse a tiempo.
"Los equipos de rescate han completado la remoción de escombros. Durante las operaciones de búsqueda y rescate, se encontraron los cuerpos de diez muertos. Por lo tanto, el número total de víctimas mortales es de 13 personas, incluidos tres niños. Además, 19 personas resultaron heridas como resultado del siniestro", ha informado un portavoz del Ministerio de Sanidad.
Por otro lado, los rescatistas han encontrado a más de 60 personas con vida. "Gracias a las acciones profesionales, competentes y rápidas de las unidades de bomberos y rescate, 68 personas fueron rescatadas durante la operación de búsqueda y rescate", ha agregado el portavoz.
El caza chocó "contra el patio de un edificio residencial", según el Ministerio de Defensa de Rusia, que ha explicado que el accidente se produjo mientras el avión ascendía para efectuar un vuelo de entrenamiento desde el aeródromo del Distrito Militar Sur. Según el piloto, que logró catapultarse a tiempo, la causa del accidente fue el incendio de uno de los motores durante el despegue. Cuando se estrelló en el patio, el combustible del avión se incendió.
El área del fuego se extiende por 2.000 metros cuadrados, según la información preliminar de los servicios de emergencia que recoge la agencia TASS. Las autoridades locales y de emergencia hablan de entre 15 y 17 apartamentos dañados por el incendio.
El gobernador de la provincia de Krasnodar, Veniamin Kondratyev, ha confirmado que la aeronave es un Sukhoi Su-34, un cazabombardero supersónico de medio alcance, de acuerdo con la agencia Reuters, que señala que la agencia rusa RIA apunta que el incidente ha ocurrido durante un vuelo de entrenamiento.
Por su parte, según recoge Reuters, el Comité de Investigación de Rusia ha anunciado la apertura de una investigación criminal y enviado investigadores al lugar de los hechos. También se han trasladado hasta Yeisk bomberos, especialistas de la unidad de quemados del hospital regional de Krasnodar y ambulancias.