Los demócratas responden al "todos contra Hillary" de Trump, recordando que él de presidente puede ser lo peor que le pase a Estados Unidos. Haciendo piña en torno a Clinton y unidos, también, en su llamada a olvidar las divisiones internas.
Mientras, dentro y fuera, los seguidores de Bernie Sanders protestaban por el escándalo que destapaba que la dirección del Partido Demócrata socavó su candidatura y favoreció la de Clinton.
"Hemos iniciado una revolución que ahora continúa, y aunque no es ningún secreto que tenemos nuestras diferencias, Hillary Clinton debe presidir los Estados Unidos", apuntaba el exaspirante demócrata Bernie Sanders.
Es, bromeaban los ponentes, la única aspirante de la historia sobrecualificada para el puesto. Encendida y emotiva defensa la de la todavía Primera dama.
"Ella es la única a la que confiaría esta responsabilidad. Yo que me levanto cada día en una casa construída por esclavos. Gracias a Hillary, mis hijas dan por hecho que una mujer puede ser la próxima presidenta de EE.UU", afirmaba Michelle Obama.
Entre el público, niñas como la hispana Carla Ortiz, que hace unos meses saltó a la fama preocupada porque si Trump llegaba al poder, deportarían a sus padres inmigrantes. En la convención, coreaba esperanzada un lema muy familiar: ¡Juntos se puede!.