El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, ha catalogado el asalto al Capitolio como "uno de los días más oscuros de la historia de Estados Unidos". Tras el golpe a la cámara mientras se producía su ratificación como presidente, Biden ha comparecido para condenar la violencia.
El demócrata ha sido especialmente duro con el presidente saliente, Donald Trump, quien avivó el ataque y, ha dicho, "desencadenó un asalto a las instituciones de nuestra democracia". El presidente electo ha acusado al republicano de "incitar a una turba para atacar el Capitolio, para amenazar los representantes electos (...) e, incluso, al vicepresidente (Mike Pence) para evitar que el Congreso ratificara la voluntad del pueblo estadounidense". "Desearía que pudiéramos decir que no habíamos visto esto venir. Pero no es cierto. Pudimos verlo", ha lamentado.
Asimismo, Biden ha recordado que el presidente "no está por encima de la ley": "Ningún presidente es rey, ningún Congreso es una Cámara de los Lores ni el poder judicial sirve al presidente".
"No se atrevan a llamarlos manifestantes. Eran terroristas domésticos"
El presidente electo también ha subido el tono contra los asaltantes, a los que se ha referido como "terroristas domésticos". "No se atrevan a llamarlos manifestantes. Era una muchedumbre, insurreccionistas. Terroristas domésticos", ha declarado.
En un discurso a la nación, el presidente electo ha recordado que está en juego la credibilidad democrática de la nación: "Está en juego lo que somos como nación, en lo que creemos, lo que seremos", ha aseverado en un discurso tras el asalto al Capitolio de la jornada de ayer.
Durante la noche de ayer, el presidente también compareció para condenar el ataque de los trumpistas a las instituciones democráticas de EEUU. "Esta no es una protesta, es una insurrección. El mundo está viendo, como muchos americanos, cómo esta nación ha llegado a un momento tan oscuro", lamentó entonces.
En su discurso, el demócrata también exigió al presidente saliente, Donald Trump, que interviniera en la televisión nacional para reclamar el fin del asalto.Un hecho que no se produjo. De hecho, el propio Trump tardó dos horas en mandar un mensaje a los golpistas a través de Twitter para pedirles que se fueran a casa, no sin antes recalcarles que les "ama".